Alicia llegó al final del país de las celulillas después de un año repleto de grandes conocimientos sobre las células.
Cuando Alicia llegó a su casa y le contó a su madre todo lo que había aprendido en el país de las celulillas la madre se sintió más orgullosa aún de su pequeña hijita.
Madre: Alicia espero que esta experiencia te sirviera de algo.
Alicia: Sí mamá, me he dado cuenta de que todos los seres vivos somos iguales ya que estamos todos compuestos de esas pequeñas cosas denominadas células.
Tras todo esto, Alicia se fue a la cama y soñó con todos sus amigos del país de las celulillas y sobretodo con esas pequeñas celulillas de las que aprendió mucho en esa aventura.
Gracias a los que habéis seguido nuestra historia, Esperamos que os haya gustado y hayáis disfrutado del país de las celulillas tanto con Alicia.